TODO EN LA VIDA PUEDE CAMBIAR EN UN SEGUNDO, ¿POR QUÉ NO EN UNA FOTOGRAFÍA?
1
En el fotoperiodismo, al igual que en la gran mayoría de situaciones cotidianas es importante saber adaptarse a los cambios inesperados, tener en cuenta que es parte de existir. No solo con las fotografías sino al hacer video, entrevistas, reportajes, crónicas o cualquier otra forma de expresión periodística, estos profesionales deben estar siempre “en la jugada” para sacar el mayor provecho de las historias que quieren contar.
1
1
2
Sin embargo, estas rutinas son de los temas más ignorados cuando de reportería gráfica se habla. No es común escuchar cómo estas personas experimentan el día a día, las vivencias que tienen, cualquier factor que puede cambiar su trabajo. Los horarios e inmediatez con la que tienen que manejar su labor y la manera en que deben estar listos en cualquier momento para saltar a la acción.
3
Al observar los aspectos que suelen ser más discutidos en las investigaciones sobre fotoperiodismo, los detalles que vuelven este trabajo uno de los más versátiles reciben poco interés. El estudio de esta profesión tiende a girar en torno al lugar que ocupa actualmente en el panorama de los medios de comunicación y como ha sufrido, al igual que adaptado, a la constante evolución científica tanto en términos técnicos como sociales.
3
4
Un término famosamente acuñado para referirse a esto es ‘La Era 2.0’, una aproximación a los tiempos digitales en que vivimos y cómo nos hemos transformado gracias a estos. En cuanto a fotoperiodismo, esto se refiere a los desafíos a los cuales los profesionales se enfrentan debido a los efectos de los avances tecnológicos en su trabajo.
Al ser representantes de los medios y revistas donde trabajan, saber como experimentan la cotidianidad con cámara en mano es esencial para entender el fotoperiodismo:
Algunas tomas hechas por reporterxs en el campo
Fotografía cortesía de César Melgarejo
Fotografía cortesía de Diana Rey Melo
Fotografía cortesía de César Melgarejo
Fotografía cortesía de Diana Rey Melo
Fotografía cortesía de César Melgarejo
Fotografía cortesía de Diana Rey Melo
Fotografía Cortesía de César Melgarejo
Fotografía cortesía de Diana Rey Melo
El enfoque hacia las redes sociales que se le da a los productos multimedia hace que exista un afán por producir contenido a diario. Lo que se ve presente en como los grandes medios de comunicación y agencias hacen publicaciones todos los días, creando una necesidad de imágenes para acompañar este medio visual.
Esto va de la mano con la necesidad de inmediatez para cumplir con las demandas periodísticas. En su momento la velocidad con la que las personas podían ver sus imágenes dependía de qué tan rápido se revelara el rollo en un cuarto oscuro y se multiplicarán las fotos para las ediciones impresas.
La llegada de las cámaras digitales permitió ver rápidamente lo capturado con el lente, eliminando la presencialidad al permitir enviar los archivos rápidamente por correo. Sin mencionar las actuales cámaras inalámbricas que por medio de NFC permiten compartir inmediatamente sus contenidos por medio de Wi-Fi o bluetooth a cualquier dispositivo compatible ya sea para edición o publicación.
No se puede hablar de conexiones instantáneas sin mencionar las redes sociales y su impacto en la sociedad diariamente, pues la gran mayoría de la información que se comparte y viraliza es gracias a estas. Por lo que es común que tanto las imágenes como videos de lo que sucede alrededor del mundo sean tomadas por teléfonos celulares, lo cual ha creado un debate acerca del fotoperiodismo frente a si es necesaria la existencia de los reporteros gráficos en una época en que cualquier persona puede tomar una fotografía y compartirla a todo el mundo. Esta es la discusión frente a una parte del fotoperiodismo, sin embargo, existe un punto de vista que nunca es traído a colación: como los fotoperiodistas viven esta labor a diario.
¿Cómo fue hablar de la rutina con estas personas?
Imágen tomada de Pixabay
Durante las entrevistas fue claro el cambio de dinámica que se le presentó a estos profesionales durante el proceso. Cuando se vive detrás de la cámara capturando personas casi todos los días, dar el paso a estar frente a ella y ser cuestionados sobre sus propias experiencias e historias es algo a lo que no están acostumbrados.
Imágen tomada de Pixabay
Así como cada uno tiene su propio estilo de narrar a través de sus fotografías, sus personalidades resaltan cuando piensan sobre su paso por esta labor. Por un lado, César desarrolló un cariño por lo visual desde una temprana edad, jugando con las cámaras análogas que tenían sus padres para después vivir el salto a lo digital de primera mano; sin saber que terminaría dedicándose a esto en Bogotá después de trabajar varios años en la prensa de Tunja, su pueblo natal.
Por su parte, una joven Diana se vió inspirada por el trabajo de James Natchwey, lo que llevó a un deseo de recorrer el mundo para mostrar la profundidad de los humanos. Esta idea se transformó en contar historias dentro de nuestro país ya que su riqueza siempre la cautivó. Comenzando su propio negocio de fotografía en Sesquilé, dónde cubriría fiestas de 15, matrimonios y realizaría fotos para cédulas y pasaportes, teniendo su primer acercamiento a la fotografía a través de su pueblo.
Esta realidad de estar siempre en constante movimiento se vió incluso dentro de la grabación de este especial. Tan solo unos días antes de reunirnos, Rey fue víctima de un intento de robo en la ciudad de Bogotá, dónde le intentaron arrebatar sus equipos de trabajo que usaría para una sesión de fotos ese mismo día.
Fue un tiempo después de poner la respectiva denuncia con la policía (que ya había tenido reportes de inseguridad en la zona y tuvieron mal manejo del incidente) que la reportera me comentó de la situación cuando estábamos en medio de la entrevista. A pesar de estar aún herida después del ataque, la resiliencia y actitud con la que me recibió para contar sus experiencias, sobresalió para dar un vistazo de la pasión con que estas personas viven esta profesión.
Imágen tomada de Universidad de Boyacá
Las vivencias a las que uno se enfrenta ejerciendo la reportería gráfica diariamente marcan las relaciones interpersonales. Al dimensionar que su hijo se enfrentaría a pedreas, manifestaciones, policía, congresos e inseguridad; la familia de Melgarejo tuvo que comprender que estar dentro de estas situaciones es el corazón de su trabajo.
Pues entre el deseo de estar con su cámara frente a las distintas realidades colombianas y las ganas de captar todos los ángulos posibles en los cubrimientos, siempre habrá un aire de preocupación familiar que se convierte en oraciones y comprensión para que llegue bien a casa todos los días.
Al pasar un día con estos profesionales, es fácil distinguir la manera en que estas rutinas pasan de ser solamente parte de su trabajo para convertirse en un estilo de vida. Un fervor por cumplir con los estándares que piden los medios y agencias que nace de un profundo amor al arte de la fotografía. El entender que tantos factores como el clima, la hora, los personajes y el lugar pueden cambiar drásticamente los productos que crean hace que siempre estén atentos a su entorno. Incluso oprimir el obturador un segundo después de lo pensado transforma las fotografías completamente, lo cual choca con la idea de que cualquiera puede tomar una foto para un medio; debido a que el entrenamiento mecánico y técnico que estas personas han desarrollado es una habilidad que no todos poseen.
Finalmente, parte de esto es casi siempre tener una agenda llena, saber que en cualquier momento pasará algo que toca capturar y que ningún día será igual al anterior, pues como la cotidianidad, el fotoperiodismo es siempre cambiante.
¡Si quieres saber más de lo que existe detrás de la reportería gráfica no olvides visitar las otras secciones del especial!
Pilares del fotoperiodismo
Aquí puedes encontrar los diferentes aspectos que conforman la fotoreportería en Colombia: